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Se precisa personal

¿Cuantas veces habremos visto este cartel en los cristales de un bar o un restaurante? Muchas no, muchísimas, pero por lo visto cada vez es más perenne e inamovible este letrero que precisa personal.

Llevo un tiempo reflexionando de porque nadie quiere trabajar en la hostelería en los últimos tiempos. Según mi punto de vista los factores son bien variados. Las principales causas son el exceso de horas, el horario partido y por supuesto la remuneración inferior al de la hostelería. Además la no inclusión de las horas extras es habitual en este sector.

Se busca cocinero

Dice el tópico que cualquiera que tuviera cuello podía trabajar en sala (a excepción de ciertos locales cabe decir). Pero actualmente esos «cuellos», debido a la diferencia salarial y al mejor horario, prefieren dedicarse a otras actividades tales como la construcción, prefieren ponerse el peto luminoso a la camisa blanca de servir. El tener un horario continuo y fines de semanas libres es un buen aliciente (eso no quita que también sea un trabajo muy duro).Otro tema que influye en la infraoferta de profesionales de hostelería reside en la poca valoración por parte de los empresarios por el hecho de tener que trabajar de cara al público, con la mucha presión y responsabilidad que ello comporta. Además luego estos empresarios tienen la desfachatez de pedir experiencia a los profesionales y se quejan de la falta de los mismos. No es nuestra intención menospreciar a nadie pero como es posible que una persona que sirve, atiende, recibe quejas, gestiona problemas originados por otros y por si no fuese suficiente, dobla turnos, pueda estar cobrando un convenio equiparable al de otras profesiones mucho menos exigentes en cuanto a capacitación personal y esfuerzo laboral.

Otro tópico de la hostelería que hunde irremediablemente a la profesión a lo más bajo de esta sociedad es el famoso «la faena hay que hacerla» que te obliga a acumular horas extras con el único beneficio del empresario, que se lucra de una mayor productividad sin tener que rascarse el bolsillo. Aquel que no traga con hacer estas horas extra directamente es puesto de patitas en la calle o incluso mal mirado por aquellos compañeros que pasan por el tubo (normalmente estos si que las cobran, aunque sea mal pagadas). Este «la faena hay que hacerla» en ocasiones se une con el famoso turno partido, lo que hace que la jornada laboral se pueda alargar hasta las 15 horas consecutivas. ¿Consideráis que alguien en su sano juicio trabajaría 15 horas cobrando solo 8? ¿Existe algún otro sector productivo de nuestra sociedad, a parte de la hostelería, donde un empleado regale 7 horas a la empresa?

El turno partido, que impide conciliar la vida profesional con una vida personal normal, es el gran causante de la fuga de profesionales de restauración hacia otros sectores de la profesión, aunque mi experiencia me dice que por culpa de este horario, los profesionales cualificados (de estos que no necesitan el «currito» de temporada) huyen hacia otros sectores de la sociedad suelen ser gente con estudios medios y buen nivel de idiomas).

Si quieren que la gente haga horas, páguenlas, si no, ustedes como empresarios hagan las horas que «hagan falta» como rige su «religión» y déjense la vida en favor de tener un coche de lujo o un apartamento en la costa; eso si, si su cuerpo aguanta para disfrutarlo.

Los empresarios han de empezar a reflexionar sobre el futuro de la profesión sino dentro de poco la celebre frase «como España no se come en ninguna parte» solo tendrá sentido en los hogares que aun conserven en noble arte de cocinar, de ofrecer los mejores productos guisados con el máximo esmero a sus invitados. Cuando vayamos a comer fuera quizás nos tengamos que conformar con algún otro tipo de cocina… ¿pero será lo mismo?

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