Que los periodos de confinamiento eran la mejor o prácticamente la única forma de controlar la expansión del coronavirus estamos todos de acuerdo, los restauradores entre los que me incluyo no vamos a ser diferentes.
Pero la forma en la que se ha gestionado estos periodos de confinamiento y la posterior nueva «normalidad» sí que son ampliamente discutibles.
Esta es una industria que nos guste o no, es uno de los principales motores económicos de este país, ya que formamos parte de una serie de servicios que nuestros turistas reclaman cuando visitan España. ¿De verdad se merecía el sector este desprecio y desamparo por parte de los partidos del gobierno? ¿Por qué la mayoría de países europeos si han financiado los negocios de hostelería que se han visto obligados a cerrar y España ha sido diferente? ¿Acaso España no ha cobrado o va a cobrar muchísimos millones de Euros de fondos de la Unión Europea?
Cuando tu administración no te apoya cuando mas lo necesitas, y no hablo de establecimientos concretos si no de un sector entero pues lo mínimo exigible es que si la ayuda no llega de forma directa que por lo menos la presión fiscal disminuya. Nada lejos de la realidad; ante la bajada de la recaudación por la hibernación del consumo, solamente se les ha ocurrido a los gestores de los recursos públicos que mantener el calendario fiscal de 2020 y aumentar los ingresos vía cuotas de autónomos para el 2021. En fin, que las ya de por sí maltrechas economías de los bares y restaurantes se les pone cuesta arriba sacar adelante un año con pésimas perspectivas, viniendo de un año de números rojos.
A todo esto seguimos con las restricciones horarias en prácticamente todas las comunidades autónomas; restricciones que no atienden a razón por sus criterios arbitrarios:
En Cataluña se permite abrir en la franja de desayunos de 7:30 de la mañana hasta las 9:30, pero un local que no utiliza ese horario al ser un restaurante. ¿Por qué no puede abrir al público de 20 a 23 horas para dar cenas? ¿Se propaga más acaso el virus por las noches que a primera hora de la mañana? Es un sinsentido que estrangula toda cuenta de resultados.
Los aforos deben estar limitados a un 50 %. ¿Pero no sería más razonable poner una limitación solamente de distancia? ¿Acaso los restaurantes de mayor categoría no separan bastante unas mesas de otras para reducir el ruido y generar un ambiente más exclusivo que locales pequeños de por sí masificados? ¿A estos también hay que reducirles el aforo y por tanto los ingresos?
Estaríamos mejor cerrados pero durmiendo con la tranquilidad que no nos van a cobrar un recargo por impagos o nos van a exigir pagar cuando prácticamente no tenemos ingresos. Si esto se hubiera hecho bien la pandemia a día de hoy sería prácticamente residual, como en muchos países que han sido restrictivos a tiempo.
Ahora solo alargan nuestra agonía, nos permiten trabajar de cara a la galería, pero en estas circunstancias es imposible rentabilizar los locales o evitar entrar en números rojos. Con esta administración lo tenemos muy claro los hosteleros: ni pan para hoy ni para mañana.